El video-performance es concebido cuando la secuencia
de la acción performática es pensada exclusivamente en función de la mediación
técnica de la cámara. Es decir, el video-performance ocurre cuando el video y la performance forman un
producto indisoluble, constituyéndose en un nuevo objeto. Ya no se trata de
reproducir fielmente una performance, sino de crear una nueva obra que parte de
la fusión de la imagen electrónica y la performance.
A partir de ahí, nos
enfocaremos en la apropiación de dicha práctica convirtiéndola en un medio para
encontrar el propio lenguaje artístico. Es decir, abordaremos el
video-performance como un lenguaje generador de múltiples códigos creados o
re-significados, en donde intervienen diversos elementos tales como: la
memoria, la temporalidad, el cuerpo, la performance, la tecnología.
“La foto-performance y la video-performance-procedimientos basados en
acciones pensadas especialmente para ser registradas-dieron cuerpo a un tipo de
obras donde el acto aparece como inseparable de su traducción mediática. La
secuenciación del registro fotográfico o la edición videográfica permitieron
además alterar los patrones temporales propios del acto performático o
focalizar la recepción del mismo, con la posibilidad de generar un metadiscurso
crítico en relación al proceso de ejecución de la obra” (Alonso, Rodrigo, Performance, fotografía y video: la dialéctica entre el acto y el
registro. En CAIA, Arte y Recepción, Centro Argentino de Investigadores de
Artes, Buenos Aires, 1997.)
Cabe destacar que la ausencia del cuerpo real o carnal (sustituido por el cuerpo
virtual) dentro de la performance desarrollada en los últimos tiempos, remite a
la utilización de tecnologías de la reproductibilidad, tales como video o
fotografía.
Así, el espectador estaría completando la obra a través de sus procesos
psíquicos, y en relación a su propia subjetividad, ingresando en el conjunto de
significados y asociaciones personales propias del sujeto.
La utilización del video como medio, permite captar el
proceso creativo a través de un lenguaje que posibilita la utilización de
aspectos relativos a este y no a la acción en vivo. Se pueden mencionar entre
ellos las herramientas de edición, las pantallas múltiples, la alteración del
tiempo en la acción o la experimentación tecnológica.
Cabe mencionar, que la utilización del video como recurso para la
producción artística encuentra sus raíces en las realizaciones de performances
de finales de los 60 y que, tanto desde un punto de vista epistemológico como
fenomenológico, destaca el valor de lo multidisciplinar.
Aldana Bocconi
Mag.Teatro y Artes Performáticas UNA